El método dialéctico tiene tres momentos o periodos. El primer momento es el de la llamada tesis. En general, es el conocimiento del que partimos sobre algo o bien un estado de cosas dado. El segundo momento es el de la antítesis. En este momento Hegel descubre siempre una contradicción en la tesis: esa contradicción supone que debemos superar o la tesis, pero no para suprimirla o rechazarla como falsa, sino para darnos cuenta de que sólo es un primer paso de un proceso que implica realidades nuevas y conocimientos también nuevos. Este segundo momento de la antítesis es frecuentemente llamado momento de la negación. El último momento dialéctico es el de la síntesis. La negación de la antítesis nos lleva a una forma nueva de conocimiento: tenemos una nueva tesis, enriquecida por la antítesis. Sin embargo, la síntesis, a su vez, al ser una tesis necesitará a su vez una antítesis o superación, que volverá a provocar otra síntesis mucho más perfecta que la primera.
Hegel pone un ejemplo ilustrativo. Una bellota está preparada para ser una encina. Pero sólo es encina cuando se suprime o niega (contradicción) a sí misma como bellota. Las bellotas de la nueva encina encierran una síntesis superadora de la bellota-semilla y del árbol nacido de ella. Es otra vez bellota, pero es una nueva bellota. La bellota como semilla, en tanto punto de partida es la tesis; la negación o contradicción de la bellota, que es el árbol, es la antítesis; la síntesis es la bellota de ese árbol.
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