"La teoría platónica de las Ideas, es el núcleo de la filosofía platónica, el eje a través del cual se articula todo su pensamiento; lo que busca es fundamentar teóricamente un ideal de gobierno en el que el sabio gobierna la polis, por lo que establece cómo llega el hombre a ser sabio: es decir, cómo llega a la verdad, a lo real y cómo accede, conoce, dicha verdad. Su metafísica, por tanto, sirve de fundamento para su teoría política y la ética.
[...] Platón diferencia entre dos modos de realidad (o mundos), una, a la que llama inteligible, y otra a la que llama sensible. La realidad o mundo inteligible, la verdadera realidad, es a la que denomina "mundo de las Ideas", (kosmos noetos) tiene las características de ser inmaterial, eterna, (ingenerada e indestructible), siendo, por lo tanto, ajena al cambio, y constituye el modelo o arquetipo de la otra realidad, la sensible (kosmos horetos), constituida por lo que ordinariamente llamamos "cosas", y que tiene las características de ser material, corruptible, (sometida al cambio, esto es, a la generación y a la destrucción), y que resulta no ser más que una copia de la realidad inteligible.
La realidad constituida por las Ideas, representaría el “verdadero ser”, mientras que de la segunda forma de realidad, las realidades materiales o "cosas", hallándose en un constante devenir, nunca podrá decirse de ellas que “son verdaderamente”. Sólo la Idea es susceptible de un verdadero conocimiento o "episteme", mientras que la realidad sensible, las cosas, sólo son susceptibles de opinión o "doxa". Platón no acepta que la “verdadera realidad” sea algo cambiante, pues está convencido de que el verdadero conocimiento está en lo que permanece, en lo estable. Por esto plantea la teoría de las Ideas.
Las Ideas, son las "esencias", pero con la particularidad de que no se puede confundir con lo que entendemos como concepto mental; las Ideas platónicas no son contenidos mentales, sino objetos a los que se refieren los contenidos mentales designados por el concepto, y que expresamos a través del lenguaje. Esos objetos o "esencias" subsisten independientemente de que sean o no pensados, son algo distinto del pensamiento (son substancias). Las Ideas, además, son únicas, eternas e inmutables (al igual que el ser de Parménides), y no pueden ser objeto de conocimiento sensible, sino solamente cognoscibles por la razón. No siendo objeto de la sensibilidad, no pueden ser materiales. Y sin embargo Platón insiste en que son entidades que tienen una existencia real e independiente tanto del sujeto que las piensa como del objeto del que son esencia, dotándolas así de un carácter trascendente. Además, las Ideas son el modelo o el arquetipo de las cosas, por lo que la realidad sensible es el resultado de la copia o imitación de las Ideas.
El mundo de las Ideas lo concibe Platón jerarquizado. El primer rango le corresponde a la Idea de Bien en sí, tal como nos lo presenta Platón en la "República", aunque en otros diálogos ocuparán su lugar lo Uno, (en el "Parménides"), la Belleza, (en el "Banquete"), o el Ser, (en el "Sofista"), que representan el máximo grado de realidad, siendo la causa de todo lo que existe. No la define claramente, pero es la Idea suprema, la primera en la jerarquía; es la causa de que yo pueda conocer las demás Ideas racionalmente como el sol hace que pueda ver las cosas del mundo natural. A continuación vendrían las Ideas de los objetos éticos y estéticos, seguida de las Ideas de los objetos matemáticos y finalmente de las Ideas de las cosas."
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