Llamamos filosofía medieval al
pensamiento elaborado en Europa y su entorno más cercano durante la Edad Media
(pero con raíces en la época helenístico-romana) y que está fundamentalmente
ligado a la teología cristiana y la reinterpretación, en clave teológica, del
pensamiento griego (sobre todo de Platón y Aristóteles). Desde la elaboración
de los evangelios, la patrística y hasta la escolástica más tardía, la labor de
los “teólogos-filósofos” cristianos consiste en dotar al cristianismo de una
doctrina intelectual que le sirviera de apoyo adoptando (y adaptando) para ello
la terminología y las ideas de la filosofía pagana, sobre todo el neoplatonismo
y el aristotelismo que llega a Europa, a través de los filósofos árabes,
durante el s.XII. La filosofía medieval trata los asuntos ontológicos,
epistemológicos, éticos o políticos, característicos de la filosofía, a través
del lenguaje y los problemas doctrinales del cristianismo, y llega a elaborar teorías
intelectuales sumamente elaboradas (como las de Agustín de Hipona, Tomás de
Aquino o Guillermo de Occam, entre muchos otros). De entre los asuntos más
comúnmente tratados durante este largo periodo, destacamos: el argumento ontológico, la distinción esencia y existencia (demostración de la existencia de Dios), el problema de la
relación entre fe y razón, y las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
Fuente Vicente
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