El sueño de educar

"Educar es lo mismo que poner un motor a una barca,hay que medir, pensar, equilibrar y poner todo en marcha...Soñar que ese navío, llevará nuestra carga de palabras hacia puertos distantes, hasta islas lejanas..."Gabriel Celaya

martes, 30 de noviembre de 2021

La ética y la política en Aristóteles

Saludos, os dejo una síntesis de la filosofía ético-política de Aristóteles. 

 LA ÉTICA

    Aristóteles realiza un planteamiento finalista, teleológico, de las acciones humanas. Es evidente que toda acción tiende hacia un fin, que en última instancia es siempre el bien (“el bien es aquello a que tienden todas las cosas”). De entre la diversidad de bienes, hay unos que dependen de otros, que no se desean por sí mismos; pero hay un bien supremo que sí es deseado por sí mismo, que no está subordinado a ningún otro y que para Aristóteles consiste en la felicidad (eudemonismo).

     Pero ocurre que bajo el nombre de felicidad se entienden diversas cosas: ser feliz equivale para muchos en gozar de placeres, otros identifican felicidad con honores; otros hacen de la contemplación su meta. De aquí que encontremos tres principales modos de vida: vida de placer (ideal de la masa), de honores (ideal del político), y vida contemplativa (ideal propuesto por Aristóteles). ¿Cuál debe ser la felicidad para el hombre? Se descubre teniendo en cuenta la capacidad específica del hombre. Un breve recorrido hace ver que ni la nutrición, ni el crecimiento, ni la sensibilidad son actividades específicas del hombre, pues las tienen también las plantas  y animales. Lo característico y exclusivo del hombre es su capacidad racional.

     Se deduce que el Bien, Fin o Felicidad del hombre es la de actuar como ser racional, dicho de otro modo, la contemplación, el pensar. La contemplación es para el hombre lo mejor, lo más hermoso y lo más agradable.

     El gran medio para conseguir la felicidad son las virtudes. Como el alma humana tiene dos partes: una que realiza la actividad de pensar-entendimiento- y otra que obedece a la primera-voluntad-, se sigue que haya virtudes intelectuales, racionales o dianoéticas, como la ciencia, la sabiduría, la prudencia... y virtudes morales o éticas, que refuerzan la voluntad, como la justicia, la fortaleza, la templanza, la magnanimidad, el buen humor, la amabilidad...

     Pero, ¿qué es la virtud?  La virtud es un hábito adquirido, deliberada y voluntariamente a partir de una capacidad inicial y desarrollada mediante la enseñanza y el aprendizaje (en las virtudes intelectuales) y mediante el ejercicio y la repetición de actos en las virtudes morales.

     La definición pone de manifiesto dos cosas importantes: la libertad y el esfuerzo: ni nacemos virtuosos ni basta con la enseñanza, tenemos que “querer ser buenos”.

    La virtud moral consiste en el justo medio entre dos extremos viciosos: uno por defecto y otro por exceso. Por ejemplo, el valor es un medio entre la cobardía y la temeridad. ¿Cuál es el criterio para discernir el justo medio? No es un medio que sea calculado matemáticamente; está en relación con las características y condiciones de cada cual, por ejemplo la comida; en último término el criterio es la justa razón o el medio que señalaría el juicio de un hombre razonable.


LA POLÍTICA

     Ética y Política consideran el bien del hombre. Nadie puede ser virtuoso si no ha sido educado, y es al Estado a quien compete la tarea educativa. La Ética se subordina a la Política. El bien individual y particular se subordina al bien familiar y al común.

     El objeto de la Política es el estudio de la comunidad, condición indispensable de toda ciudad o estado. El fin del Estado es conseguir el bien común.

     El hombre es por naturaleza “un animal político o comunitario”. La sociabilidad natural del hombre, señala Aristóteles, procede del hecho de que la naturaleza le ha dotado del don de la palabra. Al ser el hombre un animal racional, le da posibilidad para el diálogo, que implica comunicación entre sus semejantes. Es por eso que desee vivir en sociedad. “El hombre solitario, o es un dios, o es una bestia”.
 El individuo aislado es insuficiente para bastarse a sí mismo. Por eso necesita de la agrupación con sus semejantes, la cual tiene diversas formas:

    1.-La familia, que es la unidad social básica, que existe para hacer posible la vida, para acudir a las necesidades cotidianas de los hombres, y que comprende el marido, la mujer, los hijos, los nietos, los esclavos y animales de labranza.
   2.-La aldea, que resulta de la agrupación de varias familias. La cual lleva consigo dos ventajas: seguridad social y división del trabajo.
   3.-Ciudad-Estado, cuyas características son las de una sociedad perfecta, independiente y que se basta a sí misma. No se trata de una autarquía exclusivamente económica, sino fundamentalmente ética y humana. La Ciudad-Estado es el fin al que tienden todas las demás formas de sociedad (familia y aldea), goza de prioridad sobre ellas. La ciudad es anterior a ellas por orden jerárquico. Sería el todo que necesariamente es anterior a las partes.

     El hombre se une en sociedad para el bien común. La finalidad de la sociedad es “vivir bien”; es decir, el fin del Estado es la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos.

     Pero existe una particularidad del “bien común”. Este bien común  no lo entiende más que para los ciudadanos libres. Y Aristóteles no concede el derecho de ciudadanía ni a los esclavos, ni a los metecos, ni a las mujeres. Pero además también excluye de este derecho a artesanos, mercaderes y labradores.

     En la categoría de ciudadanos libres entran solamente las tres clases superiores: guerreros, sacerdotes y magistrados.

 Formas de Gobierno

     Parte Aristóteles de la división de dos tipos de gobiernos: aquellos en que uno o varios gobernantes procuran el interés común; otros gobiernos que sólo se cuidan de su propio interés. De esta división resultan formas de gobierno justas o puras:
1.    Monarquía, gobierno de uno solo, el mejor, para el bien común.
2.    Aristocracia,  gobierno de unos pocos, los mejores, para el bien común.
3.    Democracia, gobierno de muchos, del pueblo, para el bien común.

Son formas de gobierno injustas o degeneradas:

     1. Tiranía, gobierno de un tirano que usurpa el poder al Estado, ejerce el poder sin justicia, a su arbitrio. Es  la degeneración de la Monarquía.
     2. Oligarquía, gobierno de unos pocos, los poderosos, que anteponen los bienes particulares al bien común de la ciudad. Es la degeneración de la Aristocracia.
     3. Demagogia, gobierno de un demagogo que aparenta sostener los intereses del pueblo. Degeneración de la Democracia.

     No otorga primacía por ninguna forma de gobierno, y se muestra muy pragmático al tener en cuenta las diversas condiciones geográficas, económicas  o de psicología de los pueblos. Este pragmatismo conduce a inclinarse por una politeía basada en las “clases medias” y gobernada por los mejores. Punto de vista que coincide con su teoría ética: la virtud consiste en un “término medio” adaptado a las circunstancias, naturaleza concreta de los hombres y exigencias de su sensatez.
    

      En la práctica, propone un gobierno en manos de una clase media, vía media entre Oligarquía y Democracia. Pues en tal régimen es el pueblo quien gobierna y, sin embargo, os gobernantes no son la hez de desheredados (como en la democracia) pues la capacidad para ser “militantes” o guerreros presupone la posesión de ciertos bienes.

lunes, 8 de noviembre de 2021

La aventura del pensamiento: Aristóteles


Os dejo un capitulo de la serie La aventura del pensamiento dedicada a Aristóteles. 
Un repaso de su vida y obra, de la mano de Fernando Savater. 

Power Point Aristóteles

La filosofía de Aristóteles

Una vez que hayas repasado los conceptos más importantes de la filosofía aristotélica puedes realizar el siguiente test para comprobar lo que has aprendido. 

https://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Ejercicios/Filosofia-Griega/Aristoteles-O-M.htm

viernes, 5 de noviembre de 2021

Actividades

Lee los apartados dedicados a Aristóteles y realiza las siguientes actividades:

1. ¿Cuál es la actitud de Aristóteles respecto a la teoría de las Ideas platónicas?
2. Explica la concepción de la Naturaleza para Aristóteles.
3. ¿Qué son las sustancias? ¿En qué consiste la teoría hilemorfica?
4. Cómo resuelve Aristóteles el problema del cambio? qué tipos de cambios existen?

martes, 5 de octubre de 2021

La República, Libro VII

Hola chicos, tal y como hemos hablado hoy en clase, os dejo el enlace para descargar el
Libro VII de la República de Platón, al cual pertenece el texto que debéis comentar para el examen.

Podéis descargar el capítulo  aquí.

(Traedlo impreso o descargado en la tablet)








miércoles, 29 de septiembre de 2021

Introducción a Platón. Carta VII



Platón, junto con Aristóteles, significa la madurez y plenitud de la filosofía griega. Son sin duda los autores más influyentes hasta el siglo XVII-XVIII.
Por primera vez nos encontramos ante un sistema completo de pensamiento en el que se plantean todas las cuestiones que han interesado a lo largo de la historia de la filosofía.
Su filosofía tiene como trasfondo la reacción y el enfrentamiento al convencionalismo y el relativismo de los sofistas.
Datos biográficos.
Nace en Atenas en el año 427 a. C. en el seno de una familia aristocrática -algunos de sus miembros participan en el gobierno de los Treinta tiranos, en concreto sus tíos Cármides y Crítias-. (Su verdadero nombre era Aristocles, pero le llamaron así por lo ancho (Platys) de sus hombros o de su frente.)

Su formación es la de un privilegiado: conoce a Sócrates en el año 407 a. C., a sus 20 años, y se hace discípulo incondicional suyo hasta su muerte en el año 399 a. C. Además aprende todo tipo de materias: matemáticas, geometría, arte, dialéctica, etc.
Muerto Sócrates hace un viaje al sur de Italia donde entra en contacto con las doctrinas pitagóricas y órficas.
Viaja dos veces a Siracusa -ciudad de Sicilia- para intentar poner en práctica sus ideas políticas sin éxito -con Dionisio I y Dionisio II)
En el año 388 a. C. regresa a Atenas y funda la Academia, su propia escuela, donde se da vital importancia a la enseñanza de las matemáticas, la geometría y la filosofía. La intención de Platón al fundar esta escuela es la de formar a los políticos y gobernantes.
Muere en el año 347 a. C. con más de 80 años.

Platón no vive apenas la época de esplendor que fue la Atenas de Pericles (479-431 a. C.)
Pericles había introducido reformas legislativas para reducir el poder de los aristócratas en beneficio de la Asamblea, en la que pueden intervenir todos los ciudadanos, lo que generará el descontento de la aristocracia.
Platón crece en el contexto de las guerras del Peloponeso (hasta que tiene 23 años) que acabarán con la hegemonía de Atenas y que desestabilizarán su democracia de manera prácticamente irreversible. Es el tiempo de la segunda sofística, del gobierno de los Treinta Tiranos, del restablecimiento de una democracia vigilada, de duros enfrentamientos políticos con las venganzas de unos y otros,...

Las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C.) había sido el resultado de la lucha entre dos alianzas , la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso, cada una lideradas por las dos grandes ciudades-estado que representaban, a su vez, dos modelos políticos enfrentados.

Por un lado la Atenas de Pericles que había liberado numerosas ciudades griegas del dominio de los Persas y a las que había reunido entorno a sí imponiéndoles su sistema político: la democracia. Por otro lado la ciudad de Esparta modelo de un estado aristocrático y militarista, que veía con preocupación las ideas democratizadoras que difundía Atenas. A ella se le unieron otras ciudades dominadas también por sistemas aristocráticos, así como otras que veían con desconfianza los impulsos cada vez más imperialistas de Atenas.

En el 404 a. C. Atenas cae derrotada perdiendo su poder y Esparta le impone un gobierno aparentemente democrático: Los Treinta Tiranos. Es un grupo reducido de aristócratas, elegidos bajo la supervisión los espartanos, que llevan a cabo una política autoritaria y reaccionaria. Tal es así que no duran en el poder más que un año, una revuelta popular restablece la constitución democrática.

Platón encuentra en Atenas, después de las Guerras del Peloponeso, dos defectos fundamentales:
- La incompetencia e ignorancia de los políticos. No hay profesionales de la política y la mayor parte de los cargos se eligen por sorteo. En vez de ser así, se habría de escoger al más capacitado, al más idóneo.
- La lucha entre los partidos. Permiten que los intereses de grupo prevalezcan sobre las necesidades del Estado.
F Su objetivo es llevar a cabo una Reforma política: fundamentar la polis y sus instituciones en un orden de principios de carácter universal, que primero hay que descubrir y después enseñar


CARTA VII
«Siendo yo joven, pasé por la misma experiencia que otros muchos; pensé dedicarme a la política tan pronto como llegara a ser dueño de mis actos; y he aquí las vicisitudes de los asuntos públicos de mi patria a que hube de asistir. Siendo objeto de general censura el régimen político a la sazón imperante, se produjo una revolución; al frente de este movimiento revolucionario se instauraron como caudillos cincuenta y un hombres: diez en el Pireo y once en la capital, al cargo de los cuales estaba la administración pública en lo referente al ágora y a los asuntos municipales, mientras que treinta se instauraron con plenos poderes al frente del gobierno en general. Se daba la circunstancia de que algunos de estos eran allegados y conocidos míos, y en consecuencia requirieron al punto mi colaboración, por entender que se trataba de actividades que me interesaban. La reacción mía no es de extrañar, dada mi juventud; yo pensé que ellos iban a gobernar la ciudad sacándola de un régimen de vida injusto y llevándola a un orden mejor, de suerte que les dediqué mi más apasionada atención, a ver lo que conseguían. Y vi que en poco tiempo hicieron parecer bueno como una edad de oro el anterior régimen. Entre otras tropelías que cometieron, estuvo la de enviar a mi amigo, el anciano Sócrates, de quien yo no tendría reparo en afirmar que fue el más justo de los hombres de su tiempo, a que, en unión de otras personas, prendiera a un ciudadano para conducirle por la fuerza a ser ejecutado; orden dada con el fin de que Sócrates quedara, de grado o por fuerza, complicado en sus crímenes; por cierto que él no obedeció, y se arriesgó a sufrir toda clase de castigos antes que hacerse cómplice de sus iniquidades. Viendo, digo, todas estas cosas y otras semejantes de la mayor gravedad, lleno de indignación me inhibí de las torpezas de aquel período. No mucho tiempo después cayó la tiranía de los Treinta y todo el sistema político imperante. De nuevo, aunque ya menos impetuosamente, me arrastró el deseo de ocuparme de los asuntos públicos de la ciudad. Ocurrían desde luego también bajo aquel gobierno, por tratarse de un período turbulento, muchas cosas que podrían ser objeto de desaprobación; y nada tiene de extraño que, en medio de una revolución, ciertas gentes tomaran venganzas excesivas de algunos adversarios. No obstante, los entonces repatriados observaron una considerable moderación. Pero dio también la casualidad de que algunos de los que estaban en el poder llevaron a los tribunales a mi amigo Sócrates, a quien acabo de referirme, bajo la acusación más inicua y que menos le cuadraba: en efecto, unos acusaron de impiedad y otros condenaron y ejecutaron al hombre que un día no consintió en ser cómplice del ilícito arresto de un partidario de los entonces proscritos, en ocasión en que ellos padecían las adversidades del destierro. Al observar yo cosas como éstas y a los hombres que ejercían los poderes públicos, así como las leyes y las costumbres, cuanto con mayor atención lo examinaba, al mismo tiempo que mi edad iba adqui riendo madurez, tanto más difícil consideraba administrar los asuntos públicos con rectitud; no me parecía, en efecto, que fuera posible hacerlo sin contar con amigos y colaboradores dignos de confianza; encontrar quiénes lo fueran no era fácil, pues ya la ciudad no se regía por las costumbres y prácticas de nuestros antepasados, y adquirir otros nuevos con alguna facilidad era imposible; por otra parte, tanto la letra como el espíritu de las leyes se iba corrompiendo y el número de ellas crecía con extraordinaria rapidez. De esta suerte yo, que al principio estaba lleno de entusiasmo por dedicarme a la política, al volver mi atención a la vida pública y verla arrastrada en todas direcciones por toda clase de corrientes, terminé por verme atacado de vértigo, y si bien no prescindí de reflexionar sobre la manera de poder introducir una mejora en ella, y en consecuencia en la totalidad del sistema político, sí dejé, sin embargo, de esperar sucesivas oportunidades de intervenir activamente; y terminé por adquirir el convencimiento con respecto a todos los Estados actuales de que están, sin excepción, mal gobernados; en efecto, lo referente a su legislación no tiene remedio sin una extraordinaria reforma, acompañada además de suerte para implantarla. Y me vi obligado a reconocer, en alabanza de la verdadera filosofía, que de ella depende el obtener una visión perfecta y total de lo que es justo, tanto en el terreno político como en el privado, y que no cesará en sus males el género humano hasta que los que son recta y verdaderamente filósofos ocupen los cargos públicos, o bien los que ejercen el poder en los Estados lleguen, por especial favor divino, a ser filósofos en el auténtico sentido de la palabra. »

martes, 16 de marzo de 2021

Lectura: ¿Qué es la Ilustración?

Trabajo oligatorio 3ª evaluación.
Para realizar este trabajo debéis ir contestando a las cuestiones que se plantean y dar la respuesta de Kant.

1. ¿Qué es la Ilustración para Kant?

2. ¿Cuál es el significado de "minoría de edad"?

3. ¿Por qué somos culpables de esa minoría?

4. ¿Cuál es el lema de la Ilustración?
          
5. ¿En la minoría entran por igual mujeres y hombres?

6. ¿Es realmente peligroso hacerse mayor de edad? ¿por qué los tutores lo definen como tal?

7. ¿Por qué afirma que son pocos los liberados? ¿A qué imagen platónica hacer referencia?

8. ¿Por qué es tan dañino sembrar prejuicios?

9. ¿Cómo se solucionará el problema? ¿con una revolución? Señala cuál es la solución para Kant

10.  ¿Desde qué ámbitos se dice "no razones"?

11. Señala la diferencia entre "uso público" y "uso privado" de la razón.

12. ¿Qué tres ejemplos utiliza Kant para ilustrar el uso público y privado de la razón?


Tras la crítica a la jerarquía eclesiástica y al conservadurismo de las asociaciones religiosas Kant plantea que un hombre puede renunciar, solo temporalmente a la ilustración, pero va contra su naturaleza. Un pueblo no puede renunciar a la ilustración pues va contra los derechos de la humanidad y un monarca no puede renunciar pues su autoridad reside en la voluntad general.


13. ¿Qué argumentos da respecto a la autoridad del monarca? ¿qué debe hacer el monarca? ¿qué degrada su autoridad?

14.  Según Kant, ¿es una época Ilustrada o época de la Ilustración?

15. ¿Qué otro nombre utiliza para esa época?

16. ¿Por qué propone a Federico II como modelo de gobernante ilustrado?

17.  Tras la lectura, realiza una reflexión personal sobre hasta qué punto este texto está de actualidad, ¿Seguimos teniendo las mismas dificultades? ¿Vivimos en un mundo de Ilustración o Ilustrado? ¿Por qué?



viernes, 29 de enero de 2021

De Galileo a Descartes, un cambio de mentalidad


La revolución científica de los siglos XVI y XVII, protagonizada en gran medida por Galileo, supuso una profunda transformación intelectual. Precisamente al trastocar los hábitos de pensamiento de su época y al crear en su lugar nuevos hábitos de razonamiento que alejasen a los hombres de la fe ciega en la autoridad y en la tradición, para que pensasen por sí mismos, apoyándose en la experiencia y en las demostraciones necesarias, tuvo que enfrentarse a obstáculos de todo tipo
El inicial conflicto con los filósofos escolásticos derivó hacia un conflicto con los teólogos. El primero en comprenderlo y en exponerlo fue el propio Galileo, cuando en carta a Cristiana de Lorena afirmaba que estaban equivocados y cometían un gravísimo error aquellos filósofos que buscaban el apoyo de la autoridad bíblica en apoyo de sus tesis. Y se equivocaban doblemente:
su proceder no era científico al no apoyarse en argumentaciones ni demostraciones estrictamente astronómicas y abusaban de la autoridad de las Sagradas Escrituras al pretender que, en las discusiones científicas, podía argumentarse a partir del texto bíblico. 

Lo que realmente separaba a Galileo de sus adversarios peripatéticos no eran tanto los descubrimientos particulares y concretos, sino una nueva actitud ante la naturaleza, que se manifestaba en su concepción del método y de la demostración científica. La ciencia, para Galileo, no puede hacer sino avanzar y lo verdaderamente importante es el progreso de la misma y no el mantener la doctrina de algunos filósofos, lo que exige olvidarse de ese «falso respeto» que pone a los filósofos por encima de lo que dicen y fuera del alcance de la crítica. Aferrarse a toda costa a cualquier precepto de Aristóteles como si el apartarse de alguno constituyese un sacrilegio, además de ser una actitud impropia de un investigador científico, no hace más que degradar la imagen de Aristóteles, que no pudo ser como sus discípulos le imaginan.
La batalla de fondo entre Galileo y los teólogos no se desarrollaba en tomo a la verdad o falsedad del sistema copernicano o ptolemaico, sino que versaba en torno a la fundamental cuestión de determinar quién podía legítimamente decidir acerca de la verdad, en lo referente a los asuntos de la naturaleza, si los científicos, a base de una rigurosa lectura del libro de la naturaleza, o los teólogos, a base de la interpretación de la Biblia.
Se trataba en definitiva de salvaguardar la libertad científica, defendiendo la existencia de un terreno propio y exclusivo, al margen de cualquier tipo de extrañas interferencias metafísicas o teológicas, para la libre discusión científica. El problema se planteaba por la existencia de determinados pasajes bíblicos que contradecían aparentemente las principales proposiciones del sistema copernicano.
¿A quién había que hacer caso? Y puesto que nadie ponía en duda la verdad del libro sagrado, ¿cómo debían de ser interpretados esos textos bíblicos? Si se hacía literalmente, entonces la condena del copernicanismo, en el caso de que éste se tomase como un sistema verdadero del universo, parecía inevitable; en caso contrario el conflicto se evitaba, pero parecía obligado proceder a una nueva interpretación de las Escrituras y el problema era delicado, pues por entonces los problemas de interpretación de la Biblia eran de suma importancia en el conflicto con los protestantes. 

La discusión tuvo lugar entre los años 1612-1616 y la postura de Galileo fue muy clara y, sin duda alguna, atrevida para la época. Consistió en reivindicar para la ciencia el derecho a decidir en cuestiones físico - naturales, y en considerar como privado de todo fundamento el derecho que se atribuían los teólogos a poder determinar, negativamente al menos, la verdad desde la Biblia. La ciencia era para él un saber autónomo que no podía depender de los dictados de la teología. Lo mejor para todos era no mezclar en asuntos científicos al texto bíblico.

Descartes estudió la filosofía escolástica, sobre todo los textos de Aristóteles, en el famoso colegio jesuíta de La Flechè, entre 1606 y 1614, cuando estaban en plena discusión las teorías de Galileo y sus descubrimientos astronómicos y científicos. 
Se licenció en Derecho pero sus intereses eran las ciencias y, particularmente, encontrar un método válido para todas ellas.

GALILEO un film de JOSEP LOSEY con guión de BERTOLT BRECHT

Para los cinefilos o los curiosos y los atrevidos...la vida de Galileo, el contexto histórico, la oposición eclesiástica...todo en un ratito.





Título original Galileo

Año 1974

Duración 138 min.

País  Reino Unido

 Director Joseph Losey

Guión Joseph Losey & Barbara Bray (Obra: Bertolt Brecht)

Sinopsis

Galileo Galilei, un brillante matemático y astrónomo que nació en Pisa en el siglo XVI, contribuyó de manera decisiva al desarrollo científico. Sus teorías sobre el sistema solar le granjearon el rechazo de las poderosas autoridades eclesiásticas. Basada en una obra de Bertol Brecht, "Galileo" analiza el enfrentamiento de la Iglesia contra un hombre que cuestionó abiertamente el principio de autoridad sobre el que se había basado durante siglos el conocimiento humano.

martes, 26 de enero de 2021

Comentario de texto Maquiavelo


Pero, siendo mi propósito escribir algo útil para quien lo lea, me ha parecido más conveniente ir directamente a la verdad real de la cosa que a la representación imaginaria de la misma. Muchos se han imaginado repúblicas y principados que nadie ha visto jamás ni se ha sabido que existieran realmente; porque hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, aprende antes su ruina que su preservación: porque un hombre que quiera hacer en todos los puntos profesión de bueno, labrará necesariamente su ruina entre tantos que no lo son. Por todo ello es necesario a un príncipe, si se quiere mantener, que aprenda a poder ser no bueno y a usar o no usar de esta capacidad en función de la necesidad
MAQUIAVELO, El príncipe. Trad. M. A. Granada, Madrid, Alianza, p. 83.

Sitúa al autor en su momento histórico: 0,25 puntos
Filósofo y político italiano que vivió en los siglos XV y XVI. Defendió la autonomía de la política con respecto a la moral y a la teología. Su obra más importante, El príncipe, escrita cuando el absolutismo se estaba imponiendo en gran parte de Europa, sentó las bases de la filosofía política moderna.
Señala el tema o el problema del texto: 0,25 puntos
Si somos realistas, hemos de reconocer que el gobernante que quiere mantenerse en el poder debe adaptar sus actuaciones a las circunstancias en que vive, no a la bondad moral.
Indica las ideas principales: 0,5 puntos
Maquiavelo expone que el objetivo de su libro es aportar ideas útiles y, por tanto, va a ocuparse de la realidad, no de situaciones imaginarias, como han hecho otros que han escrito sobre repúblicas inexistentes, fruto de su fantasía.
Los seres humanos no son como deberían ser, no actúan siempre como deberían, de ahí que si una persona intenta ser buena siempre, solo logrará su ruina.
Un príncipe que quiera mantenerse en el poder tendrá que aprender a ser bueno o malo en función de las necesidades.
Muestra las relaciones entre ellas: 0,5 puntos
El texto comienza con lo que podríamos considerar una declaración de principios del realismo político: para que la filosfía política sea útil, ha de ser realista.
A continuación, aparece una crítica a quienes han descrito utopías políticas: como, de hecho, los hombres no son como deberías, esas utopías son inalcanzables y no sirven para la práctica política real.
Maquiavelo concluye con un consejo para los príncipes que se preocupan por mantenerse en el poder: deben adaptar su comportamiento a las circunstancias, no a la moral.
Explícalas: 1 punto
En este texto se ponde de maniefiesto el realismo de la teoría política de Maquiavelo. El fragmento comienza con la crítica a quienes describen sociedades ideales e inexistentes. Sin nombrarlos, Maquiavelo se refiere a autores como Platón, en su obra la República, o Tomás Moro, autor de Utopía.
Maquiavelo subraya que la sociedad real está muy alejada de esas comunidades perfectas, pues el ser humano tiende al egoísmo y a la ingratitud. Esta visión pesimista del ser humano lo lleva a afirmar que el mal es una realidad en la naturaleza humana y que el gobernante que lo ignore está condenado a equivocarse. Por ello, quien intente comportarse bien en todo momento buscará su propia ruina.
Maquiavelo inició una nueva manera de entender la política, separada de los principios éticos a los que había estado ligado desde Platón. Según él, la política es la ciencia y la técnica de organizar del modo más racional posible la convivencia.
El gobernante, para alcanzar el bien público, que es el bien común, a veces tiene que cometer actos inmorales o contrarios a la moralidad vigente. De igual forma , si quiere mantenerse en el poder, en ocasiones habrá de actuar en contra de la moral. así pues, la contradicción entre ética y política se hace inevitable, pero el gobernante ha de saber anteponer los intereses de la comunidad a sus propios principios éticos, pues la máxima que dirija su acción ha de ser, en primer lugar, la eficacia de su actuación, no los valores morales.
Esta teoría es consecuencia de que, para Maquiavelo, el Estado es la única garantía de la seguridad y la libertad de los individuos; por eso, la defensa de lo público es la mejor manera de defender lo privado, de ahí que el bien de la comunidad sea superior al bien particular. En suma, Maquiavelo defiende un Estado fuerte y duradero, y que el gobernante ha de actuar siempre en defensa del Estado y sólo por él.
Vigencia en la actualidad: 0,5 puntos
Hoy día, el realismo político de Maquiavelo se ha impuesto, de manera que los políticos suelen actuar por motivos muy alejados de cualquier utopía. Parece que la política está guiada por las circunstancias reales más que por ideas y modelos fuera de la realidad.
aunque es necesario tener en cuanta la situación real, también es imprescindible tener como referencia un horizonte ideal utópico donde no exista ninguna forma de injusticia. Esta referencia ha de servir de base a una crítica de la sociedad actual para eliminar toda forma de opresión. por ello, es necesaria cierta dosis de utopía para que sirva de motor del cambio social.
Renunciar a toda utopía supone aceptar que la situación actual es inamovible; es decir, nos lleva a caer en el conformismo y la resignación.
Por otra parte, en la actualidad, políticos y gobernantes no siempre se comportan moralmente; es más, uno de los defectos más evidentes del sistema democrático es que la corrupción se ha convertido en algo cotidiano.
No obstante, sería un error pensar que tal situación resulta de la puesta en práctica del modelo político de Maquiavelo, pues te subraya que solo el bien común justifica la actuación inmoral y que siempre hay que anteponer lo públco a lo privado, mientras que, en nuestro mundo, el egoísmo y el afán de enriquecimiento personal son las causas de la corrupción política.
A menudo, se califica precipitadamente de maquiavélico a quien actúa inmoralmente para lograr su interés privado. Esta es una vulgarización injusta del pensamiento de Maquiavelo.